La
sociedad tiene muy marcada la idea de que nacemos, crecemos y luego hay que
formar una familia, es muy difícil ser una chica Rokitansky en el mundo en que
vivimos, ya que día a día la sociedad sin darse cuenta nos recuerda que somos
diferentes. Por mucho que nos digan “siéntete afortunada”, “de lo que te
salvaste”, “Tranquila no tienes por qué sentirte diferente”, hay otras cosas
que nos refriegan en la cara que no tenemos los mismos derechos ni
oportunidades que el resto, como los simples trámites cotidianos, por ejemplo
cuando queremos postular a un subsidio para tener nuestra casa propia, es mucho
más complicado hacer el trámite porque siempre tienen prioridad las mujeres con
hijos y ahí yo me pregunto: ¿Acaso si no eres madre no existes? A veces por decisiones
propias o familiares algunas chicas no tuvimos la oportunidad de tener un
trabajo tan bien remunerado que pueda sustentar la idea de una casa propia o
para poder adoptar un bebé y así cumplir nuestro sueño y ahí volvemos a lo
mismo cuando llegamos al SENAME o cualquier centro de adopción y nos preguntan:
¿tiene casa propia?. Muchas veces nos frustramos y nos surge de nuevo la
pregunta ¿por qué a mí? Y nos volvemos
inseguras y nuestra autoestima disminuye, pero que hacer con eso? Es nuestra
culpa? Yo creo que que no sacamos nada con echarnos la culpa a nosotras si no
pedimos nacer así, lamentablemente nacimos en una sociedad donde prima la
familia y luchar contra eso es luchar contra la corriente.
También
en este país están incentivando que las mujeres sean madres, gracias a todos
esos bonos que regala el gobierno pero si están tan a favor de la familia y de
la maternidad, ¿por qué nos cierran las puertas en la cara cuando decimos que
nosotras también queremos ser madres? Y ahí pienso en todas esas mujeres
infértiles que se lograron juntar y gracias a su lucha lograron impulsar
medidas para que los tratamientos como la fertilización in vitro fueran más
accesible a todos los estratos sociales y hoy en día hay muchas parejas felices
que lograron formar su familia…¿y nosotras acaso no tenemos derecho? Sólo por ser una entre 5000 quedamos en el olvido
simplemente por ser una minoría. Es muy difícil ser una chica Roki sin
complejos ni frustraciones, porque la sociedad se encarga de pisar cada sueño
que tienes.
Que
ganas de lograr reunir a todas las chicas Roki de Chile y decirle a la Sra
Bachelet: “mire, no soy la única chilena con este síndrome así que necesitamos
que haga algo para que podamos cumplir nuestros sueños como mujeres y así poder
vivir como cualquier mujer en Chile”
Espero
que más pronto que tarde se vayan concretando nuestros proyectos y podamos
sacar la voz y así conseguir un lugar en la sociedad.