miércoles, 22 de abril de 2015

Chile y Argentina se juntan



Padecer de un síndrome desconocido no es fácil, después de recibir el diagnóstico fue inevitable mirar a mi alrededor y sentirme diferente al resto, incompleta, disminuida, “el patito feo” de mi entorno, sobre todo en una familia con tantas mujeres, en donde observaba como iban completando los procesos naturales de crecimiento mientras yo me iba quedando atrás.

Hablarlo con las demás mujeres tampoco es fácil, ya que no siempre sientes que te entienden y sobre todo que te comprenden,  yo jamás sentí ese apoyo incondicional ni la confianza de nadie para poder compartir todas esas tristezas, miedos, rabias y frustraciones y que al mismo tiempo entendieran por lo que estaba pasando sin recibir palabras lastimosas ni consoladoras solo para dejarme tranquila y menos que crean que soy un fenómeno. Siempre he creído que las cosas tienes que vivirlas para que puedas  comprender de verdad lo que siente la otra persona y yo no tenía a nadie que padeciera lo mismo, incluso pensaba que no existía nadie más con MRKH así que la opción más cómoda que encontré desde un principio fue callar y guardar  dentro de mí todo tipo de sentimientos y emociones que pudieran aflorar producto del MRKH, sin darme cuenta lo que podía provocar callarme todo.

Sin duda, la tecnología ha jugado un papel fundamental en gran parte de mi vida, si bien es algo muy virtual ha sido la mejor herramienta para aprender a convivir con esto, ya que más allá de encontrar información sobre lo que tengo, me cambio la vida ya que he encontrado mujeres maravillosas, que no hubiese encontrado nunca en la vida cotidiana. En la web encontré una hermandad,  ese apoyo incondicional que tanto necesitaba, a pesar de que muchas viven en países lejanos, se siente un lazo muy cercano.

He pasado tantos años conversando con chicas de otros países que es inevitable soñar con que algún día todos esos abrazos cibernéticos puedan concretarse y hacerse realidad. Con el tiempo he aprendido que nada es imposible, es por eso que hace unas semanas atrás pude cumplir ese sueño de conocer a una chica roki de otro país gracias a una chica argentina, la cual conocía por medio de un grupo de Facebook, recuerdo que hace años atrás conversamos varias veces, pero por alguna razón perdimos el contacto y hace poco me contactó y me comentó que se vino a vivir a Chile y por si fuera poco muy cerca mío, así que cuando llegó, muy pronto coordinamos un encuentro, y así es como una tarde aun de verano, nos encontramos y nos dimos ese abrazo tan fraternal, como si nos conociéramos de toda la vida. Me sentí muy identificada con ella, pasamos por experiencias muy similares (además de ser bajita, de ojos claros y tierna como yo, jejeje) a pesar de que ella no tuvo que someterse al proceso de la operación, me comentaba como fue para ella todo el tema de las dilataciones.

Acompañadas de un rico helado conversamos un par de horas y cada minuto que pasaba me sentía más reconfortada, compartimos sobre el roki y la familia, la pareja y el entorno, todo lo que no podemos conversar con cualquier otra persona. Me hacía falta mi “terapia” jejeje y espero que ella haya quedado igual de reconfortada que yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario