martes, 11 de noviembre de 2014

un año más...que mas da...

Hoy cumplo 29 años y como todos los años este día es de reflexión para mí…Comenzaré mirándome al espejo y me doy cuenta que a pesar de que conservo mi cara de niña buena, puedo notar que he crecido, que ya no me desagrada lo que me muestra el espejo, soy así y así me ve el mundo. Hoy puedo decir “soy 1 de 5000, soy diferente sí, pero soy especial y única también.
Debido a la genética me tocó vivir una vida distinta al común de las mujeres. Quizás solo porque me la puedo, porque la vida de alguna forma me tiene que ayudar a ver que soy fuerte, ya que no es fácil notarlo a simple vista, igual me hubiese gustado darme cuenta 20 años atrás lo fuerte que puedo llegar a ser, pero hoy entiendo que todo sucede en el momento preciso, quizás tenía que aprender muchas cosas antes para llegar a esto. Tuve que pasar muchas pruebas, muchas lágrimas, muchas penas, rabias, gritos, frustraciones e interrogantes con respuestas que nunca llegaron para poder recién comenzar a respirar y ver más allá de lo que me mostraban mis ojos. Trato de buscarle explicación a algunos temas…Pasé la mitad de mi vida, pensando que era una mujer como cualquier otra, que crecería y me desarrollaría como todas las demás, pero no fue así…en un comienzo anhelaba tanto que llegara ese momento que sintiera mi primera menstruación, pero…¿para qué? ¿Para sentirme igual que todas? ¿Por qué tengo que ser igual a todas? si a fin de cuentas pasar por eso es pasar un mal rato mes a mes, igual tengo mis días, tengo mi periodo, en donde me siento más sensible, más enojona, me duele el abdomen a veces, como a todas las mujeres en sus días. Hace unos años atrás pensaba que yo no ovulaba, pero tuve que detenerme y observarme y ver el funcionamiento de mi organismo para descubrir que habían cambios en mi humor en una cierta semana del mes y no tenían otra explicación así que ahí comencé a atribuirlo a mi ovulación y ahora comprendo que ese sentimiento de ser “normal”, de ser igual que las demás no es una necesidad mía, sino que es algo que te lo impone la sociedad, si no te aíslan y te miran feo y ese es el temor más grande que he tenido, he sufrido de aislamiento desde muy pequeña, ya que nunca sentí pertenecer a los grupos que habían a mi alrededor. Recuerdo que en mi curso de colegio siempre hubo dos grupos muy marcados, el de los desordenados, los rebeldes los “malos” y los ordenados, aplicados, correctos que no hacían nada malo y yo la verdad no encajaba en ninguno, no era ni desordenada como unos ni tampoco era tan tranquila como los otros, a veces compartía momentos con un grupo y muchas otras veces compartía con el otro simplemente por el hecho de sentirme menos incómoda, otras veces en el tiempo libre solo optaba por quedarme sola y observar cómo se divertían entre ellos mientras yo en un rincón me sentía un fantasma a veces porque llegue a sentir que para los demás no existía y así fue mi vida por muchos años hasta que llegue a la adolescencia en donde todos mis sentimientos personales se agudizaron, pero a la vez tenía esa necesidad de sociabilizar con el resto y de a poco fui dejando mi timidez y comencé a sociabilizar e integrarme a los grupos, pero a pesar de todo me seguía sintiendo con esa sensación de no pertenencia. Pasaron los años y los hombres seguían evadiéndome y cada día me convencía más que me quedaría sola, porque no habría ni un hombre para mí. Al salir del colegio, como que me liberé y comencé a vivir una nueva vida, igual creo que influyó mi actitud, ¡Sí! Al parecer es cierto eso que dicen que todo es un tema de actitud. Recuerdo que la primera vez que me sentí linda fue a los 18 en mi fiesta de graduación, por primera vez sentí que brillaba, me sentí linda y hasta la más linda de todas y sobre todo feliz. Desde ahí comencé a salir, a divertirme, a compartir con más gente, comencé a conocer chicos, me enamoré, lloré, me desilusioné mil veces y sentía que ningún hombre se fijaría en mi porque era fea y más encima no podía tener relaciones, por lo mismo bloquee en mi cabeza todo lo relacionado con la sexualidad, me cree como un caparazón que me hizo creer que la sexualidad no era para mí. Al pasar los años fui comprendiendo que el problema era yo, yo tenía la culpa de enamorarme de todo aquel que me sonreía, seguramente yo estaba muy vulnerable y caía con cualquiera que me hiciera sentir querida, pero no veía más allá de mi alrededor, ya que después de un tiempo aparecieron hombres que se interesaban en mí y yo no los tomaba en cuenta por estar cegada con el que ni me miraba, por muchos años se repitió la historia y yo simplemente sufría y en ese periodo dejé ir al hombre de mi vida, aquel que me dijo “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” que frase más cierta y la cuál recuerdo hasta el día de hoy, ya que ha sido el único hombre que me ha amado de verdad y estaba destinado para mí y la vida se encargó de colocarlo en mi camino tantas veces como fue necesario para darme cuenta que él era el indicado y para convencerme de aquello. A pesar de que yo ya estaba en pareja tratando de tener una relación estable con quién me entregaba mucho amor y me daba seguridad pero ahí me di cuenta que era solo eso…y cuando hay carencias en una relación pasa lo que tiene que pasar, a pesar de que gracias a él yo me armé de valor y me sometí a la vaginoplastia no me llenaba y traté de mentirme a mí misma creo que por miedo a quedarme sola, hasta que volvió el amor de mi vida, 8 años después, ahí estaba frente a mí, transformado en todo un hombre con un cuerpo perfecto y esos mismos ojos que me miraron 8 años antes. Al comienzo solo me dejé llevar por lo lógico y desde un principio negué todo sentimiento hacía él por miedo a dañar mi relación de pareja, pero pasó el tiempo y la atracción mutua era demasiado notoria y ya no podía escapar de lo que sentía, así que tomé la decisión de terminar mi relación, sumado a la frase “es el o soy yo”, la cual a nadie le gusta escuchar y fue el momento en que tuve que elegir entre permanecer con alguien que me ha entregado su vida y quiere compartirla conmigo hasta el final o darme la oportunidad de ser feliz y de ser amada, de recuperar el tiempo perdido, de dejar todo lo malo atrás y simplemente disfrutar lo que me ofrece la vida, porque ya era la hora y estaba haciendo sufrir a dos personas, así que por lo mismo opté por escuchar a mi corazón y me quedé con el hombre de mi vida, el que a pesar de todo siempre ha estado ahí sin importar el daño que ambos nos hicimos. Con él comencé a conocer lo que es realmente el amor, la pasión y la complicidad, lo lindo de compartir tus días con otra persona, así como también comenzar a disfrutar de las pequeñas cosas, de reír por cosas simples y llorar no solo de tristeza si no de emoción. Él ha sido el pilar fundamental en mi vida, a pesar de que lo esquivé y lo alejé por tantos años, sin embargo aquí está a mi lado ayudando a que yo sea mejor persona siempre, es con quién quiero estar hasta viejitos y reírnos de como vamos envejeciendo juntos. Ahora puedo ir segura por la vida y estoy aprendiendo a cumplir mis sueños, que si no estas dispuesta a cumplirlos ahí quedarán solo en sueños.

1 comentario:

  1. Me gustó mucho esta parte, es cierto yo también lo he pensado así. "Soy 1 de 5000, soy diferente sí, pero soy especial y única también". Por qué ser igual a las demás? Para mí es una maravilla no tener que ver el periodo todos los meses, déjenme decirles que es una ventaja, tenemos que verle el lado bueno a las cosas. Pero pues si, es parte de la sociedad sentir esa necesidad de encajar, y es por eso que hemos pasado por muchas cosas que evidentemente no han hecho sentir mal, pero nada de eso debemos valorarnos, aceptarnos como nacimos, amarnos, ser felices y no tratar de hacer feliz a los demás. Nosotras brillamos con luz propia...!!! Rosa, me gusta tu blog. Gracias por compartirlo conmigo

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